¿Qué es el modelo 200?

Gracias a Internet, la gestión de los impuestos de una empresa es cada vez más sencilla. Eso sí, no vale confiarse porque aunque muchos procesos estén automatizados, el tema sigue teniendo miga. Como queremos que te organices bien y que no se te pase nada, hoy te venimos a contar qué es el modelo 200. Un adelanto: sirve para que las empresas paguen el impuesto sobre sociedades.

¿Qué es el modelo 200? ¿Para qué sirve?

El impuesto sobre sociedades es la estrella de los impuestos de empresa. Es sencillo: si obtienes beneficios, tienes que declarar y pagar impuestos por estos al Estado. 

El modelo 200 es el modelo con el que informarás a la Agencia Tributaria de los rendimientos que has obtenido con tu empresa en el año contable. Sobre esos rendimientos o beneficios que declaras en el modelo 200 se aplicará después el impuesto de sociedades.

¿Quién tiene que presentarlo?

Por lo general, todas las empresas estarán obligadas a presentar el modelo 200. Ahora bien, hay excepciones para algunos tipos de empresas.

Están obligadas a presentar este modelo todas las sociedades mercantiles (SL, SA, sociedades colectivas, cooperativas, etc.), las sociedades civiles con objeto mercantil (sociedades civiles que tengan beneficios de su actividad) y algunas entidades sin personalidad jurídica que tributan a través del impuesto sobre sociedades, como los fondos de inversión y de pensiones.

Por otro lado, están exentos de pagar este impuesto y presentar el modelo 200 los entes del sector público (el Estado, las CCAA y las Entidades Locales) y las sociedades civiles sin objeto mercantil, es decir, las sociedades que no se lucran con su actividad.

¿Cuándo se presenta el modelo 200?

Las empresas determinan en sus estatutos cuándo hacer el cierre del ejercicio fiscal. Según cuándo sea el cierre, pueden pasar dos cosas con el modelo 200:

• Si el ejercicio fiscal finaliza el 31 de diciembre (que suele ser lo más común), el plazo de presentación del modelo será del 1 al 25 de julio del año siguiente.
  
• Si el ejercicio fiscal no entra dentro del período de un año natural, la presentación se hace en los 25 días naturales siguientes a los seis meses posteriores del cierre. Es decir, primero dejamos pasar seis meses desde el cierre del ejercicio y después empieza la cuenta atrás. Tendrás 25 días desde entonces para presentar el modelo 200.

¿Cómo se presenta el modelo 200?

Antes que nada, olvídate de acudir a la Agencia Tributaria con todos los libros de cuentas porque ya no se puede presentar el modelo 200 en papel. La única manera de hacerlo es telemáticamente. 

Por ello, el primer paso que tienes que hacer es descargar el modelo 200 de la web de la AEAT. 

Empezando por el principio, en la página 1 te pedirán:

• El período impositivo de la declaración. Si vas con el año natural puedes poner del 01/01/2023 a 31/12/2023, por ejemplo.
• La identificación del declarante, es decir, la razón social de la empresa, el domicilio social y el NIF. 
• Marcar una de las tres casillas del ejercicio. La que marques dependerá de si el año fiscal de tu empresa corresponde a un año natural, a un año no natural o si es por menos de un año.

Después rellenarás el anexo, dónde te van a pedir:

• El código CNAE (Clasificación Nacional de Actividades Económicas). La propia Agencia Tributaria dispone de un buscador online para conocer cuál es tu código según el tipo de actividad que desarrolla tu empresa. 
• En caso de que esta declaración sustituya a una anterior, tendrás que marcar la casilla de declaración complementaria. Así Hacienda sabe cuál tiene que mirar.

Espera, que todavía no estamos. Para saber que todo lo que dices es verdad, te van a pedir la siguiente documentación:

• El balance de situación de tu empresa y la cuenta de pérdidas y ganancias. 
• La justificación de otros impuestos que ya hayas abonado, para que así Hacienda pueda calcular la base imponible del impuesto. 

Una vez cliques en presentar declaración se te generará un código de verificación de 16 caracteres. Guárdalo como oro en paño, es el que acredita que has presentado este modelo y en qué momento lo has hecho.

Modelos complementarios

Nunca falta un roto para un descosido. Sea cual sea la situación de tu empresa, siempre habrá un modelo de la Agencia Tributaria esperándote. En el caso de la declaración del impuesto sobre sociedades, hay tres modelos que tienes que conocer: el modelo 202, el 206 y el 220.

Modelo 202

Este modelo es la forma que tiene Hacienda de ir cobrando impuestos a tu empresa poco a poco. Se trata de una liquidación en pagos fraccionados, que se restarán al terminar el ejercicio fiscal, momento en el que se descubrirá el pastel final (la base imponible y la cuota a pagar). 

Este modelo se presenta tres veces al año, y están obligados a presentarlo todas las empresas que hayan obtenido un resultado positivo en el ejercicio anterior

Modelo 206

El modelo 206 es el documento que presentan todas aquellas empresas que tengan que declarar el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (INRI). Es decir, lo presentan todas aquellas empresas que tengan su residencia fiscal en otro país, pero que generen ingresos o rentas en España.

Modelo 220

Hay veces en las que la unión puede hacer la fuerza. Así lo piensan los grupos de sociedades, que tienen que declarar el impuesto sobre sociedades a través del modelo 220. 

En estos casos, este modelo es obligatorio para las sociedades dominantes del grupo, mientras que el resto de empresas tendrán que presentar el modelo 200 en su declaración individual.

Errores frecuentes al presentar el modelo 200

Errar es de humanos, sí. Pero cuando hablamos de Hacienda y leyes fiscales, lo mejor es estar ojo avizor para no cometer fallos. Aquí tienes los tres errores más comunes al presentar el modelo 200.

1. Marcar una casilla de entidad incorrecta

Una de las primeras cosas que te pide el modelo es marcar la casilla correspondiente a tu tipo de entidad. Hay muchos tipos de entidades en España. El tipo de empresa que tengas determinará el tipo impositivo que se te aplicará en tu declaración.

Que no se te escape el dedo porque luego no podrás corregirlo, sino que tendrás que presentar una declaración complementaria para enmendar tu error.

2. No compensar las bases negativas de ejercicios anteriores

Ya lo vimos cuando calculamos la base imponible del impuesto de sociedades. Uno de los pasos que pueden hacerte pagar menos en la declaración de tu empresa es restar el resultado negativo que hayas tenido en años anteriores. 

Es decir, si este año te toca pagar, pero el año pasado estuviste en pérdidas, puedes restarlas de la base actual para ahorrarte un dinero en impuestos. No hay mal que por bien no venga.

3. Indicar un representante o socio que no son los actuales

Todos tenemos ese compañero/a de trabajo al que echamos de menos, pero no por ello tienes que mantenerlo en los datos de la declaración. Recuerda, se indica como representante de la entidad, socio y administrador a las personas que están en el cargo en el momento de presentar la declaración y no las que lo eran en el cierre del ejercicio.