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¡Qué bien viven los trabajadores por cuenta ajena! ¿Verdad? Apenas tienen que preocuparse por la fiscalidad y, si algo no lo entienden… Bueno, ya está aclarado en la nómina y en el contrato. Pero los trabajadores por cuenta propia (o sea, los autónomos) no tienen esa suerte. Para un autónomo, los impuestos son preocupación constante y, entre ellos, el IRPF de autónomos. Y de esto vamos a hablar en este artículo, pero empecemos por el principio.
El IRPF es el impuesto sobre la renta de las personas físicas. En otras palabras, es un impuesto sobre las ganancias y beneficios que obtienes a lo largo del año. El IRPF de autónomos es lo mismo: es el impuesto sobre las ganancias que hayas podido tener al trabajar como autónomo (acuérdate que las ganancias son los ingresos menos los gastos deducibles, y aquí tienes una guía sobre gastos deducibles de autónomos, para que sepas qué cuenta como gasto y qué no).
El IRPF es un impuesto que pagan todos los autónomos, nadie se salva. Pero es verdad que dependiendo del origen de estas rentas (ganancias) y de su cantidad, el IRPF funciona de diferentes maneras. Hay unas cuantas formas de pagar tu IRPF de autónomos: a través del modelo 130, del modelo 131 o haciendo facturas con IRPF. Si necesitas más info sobre las facturas de autónomos, puedes leer nuestra guía sobre cómo hacer una factura.
Como acabamos de contarte, el IRPF se paga según lo que hayas ganado como autónomo.
Peeero a diferencia de otros impuestos, el IRPF de autónomos se paga a Hacienda cada tres meses, durante el año fiscal, de enero a diciembre, cada trimestre. Entre abril y junio del año siguiente, en la declaración de la renta, los autónomos echan cuentas con Hacienda.
Si lo que has pagado a lo largo del año de IRPF supera lo que tendrías que haber pagado, al hacer la declaración de la renta, saldrá que tu resultado es a devolver (o sea, que Hacienda te devolverá lo que has pagado de más). Si has ido pagando IRPF cada trimestre y, aún así, no has pagado todo lo que tendrías que haber pagado según tus ganancias, la declaración de la renta te saldrá a pagar (tendrás que ingresar algo de dinero a Hacienda).
Es decir, que el resultado de tu declaración de la renta tiene que ver, en gran parte, con si durante el año has pagado IRPF de más o de menos. Si tienes dudas sobre este tema, en este artículo te explicamos qué son la renta a pagar y la renta a devolver. O también puedes olvidarte de los quebraderos de cabeza con los impuestos y contratar los servicios para autónomos de TaxScouts, guiño, guiño.
¡Atención! Si lo que has ganado como autónomo (ingresos menos gastos) en un año son menos de 1.000€, no tienes que presentar la declaración de la renta ni pagar más IRPF. Quizá te venga bien echarle un ojo a nuestra calculadora 👉🏼 ¿Tengo que hacer la declaración de la renta?
El IRPF de autónomos es un impuesto progresivo y directo. Lo de ser progresivo, significa que pagas según lo que ganas. O sea, que cuánto más dinero ganes, más IRPF vas a pagar.
A la vez, es un impuesto directo. Esto significa que las personas (los autónomos) en este caso, lo pagan directamente. Tanto cobras, tanto pagas al Estado, y ya está.
El IVA, en cambio, es un buen ejemplo de un impuesto indirecto. Los ciudadanos no lo pagan directamente al Estado, sino que lo pagan al comprar cosas o consumir servicios en su vida diaria.
Los autónomos, en el caso del IVA, actúan como intermediarios del Estado y recaudan IVA de sus clientes.
Ya te hemos contado un montón de cosas pero, en verdad, todavía hemos hablado de lo que más importa: el dinero.
Como hemos dicho, el IRPF es un impuesto progresivo, así que cuanto más ganes, más pagarás. En general, Hacienda se refiere a las cantidades de dinero que la gente gana como tramos. Por ejemplo, de equis a equis ganancias anuales, se paga tanto porcentaje de IRPF. A más equis, más porcentaje. Los vemos:
Por ejemplo, si Eusebia es autónoma y ha ganado 20.800€ en un año, pagará un 19% de IRPF por los primeros 12.450€ (que son 2.365,50€). Luego, pagará un 24% por la cantidad de dinero que hay entre 12.451€ y 20.200€ (que sería un 24% de 7.749€, o sea 1.859,76€). Finalmente, pagará un 30% de impuestos por la cantidad de ganancias que hay entre 20.201€ y sus 20.800€ (un 30% de 599€, que son 179,7€). En total, Eusebia pagará de IRPF de autónomos 2.365,5€ más 1.859,76€ más 179,7€, que suma un total de 4.404,96€).
Esto no significa que Eusebia, de repente, al presentar su declaración de la renta tenga que pagar casi 4.500€. Básicamente, Eusebia ha ido pagando estos 4.404,96€ a lo largo del año, en sus declaraciones trimestrales de autónoma o a través de sus facturas. Lo que ocurre en la declaración de la renta es que si Eusebia ha pagado IRPF de más, la renta le saldrá a devolver y Hacienda le ingresará el dinero. Si, en cambio, Eusebia ha pagado menos de estos 4.404,96€ a lo largo del año, al hacer la declaración de la renta el resultado será positivo y Eusebia tendrá que ingresar dinero a Hacienda.
⚠️ ¡Ojito! En este ejemplo solo estamos hablando de lo que Eusebia ha ganado por su actividad económica (su trabajo). Si se diera el caso de que Eusebia tiene otras ganancias, este dinero se sumaría a los 20.800€ de lo que gana siendo autónoma. Además, en este ejemplo tampoco hemos tenido en cuenta la situación personal de Eusebia, lo que haría que sus impuestos a pagar pudieran ser diferentes (si tiene hijos, mayores a cargo o algo así).
Para los nuevos autónomos, hay una reducción del 20% en la renta. Genial, ¿y eso qué es? Pues es un descuento en sus ganancias, así dicho de forma simple. Los nuevos autónomos, durante su primer año, pagan IRPF en base al 80% de sus ganancias (porque tienen este descuento del 20%).
Es decir, que si Eusebia ha ganado 20.800€ pero es nueva autónoma, el cálculo de los tramos y de lo que tiene que pagar según lo que ha ganado se hace en base a 20.800€ menos el 20%. O sea, en base al 80% de las ganancias. Por lo tanto, Eusebia pagaría IRPF sobre 16.640€ (un 80% de 20.800€). ¿Y qué pasa aquí? Pues que gracias al descuento, se supone que Eusebia ha ganado menos de 20.800€ y tiene que pagar menos impuestos. Al final, el IRPF le quedaría en el 19% sobre los primeros 12.450€ (2.365,50€) y luego en un 24% sobre la cantidad que hay entre 12.451€ y 16.640€ (el 24% de 4.189€, que son 1.005,36€). Así pues, si es el primer año de Eusebia como autónoma, pagaría de IRPF 3.370,86€ en lugar de 4.404,96€.
Hay dos formas de calcular el IRPF de autónomos que se tiene que pagar. La primera es la estimación directa y es la manera en que, por defecto, los autónomos pagan su IRPF. Oficialmente, se le llama Régimen de Estimación Directa, y significa que se paga en función del beneficio real del trabajo. Dentro de la estimación directa, existe la estimación directa simplificada, para los autónomos que no facturan más de 600.000€ al año. También está la estimación directa normal, para autónomos que lo están petando y facturan más de 600.000€ al año. Esta estimación (cálculo) se hace en base a los tramos de IRPF de Hacienda que te hemos contado en el apartado anterior.
La otra forma de calcular el IRPF de autónomos es la estimación objetiva o por módulos. Esta opción simplifica mucho la contabilidad del negocio y por eso muchos autónomos lo eligen. En este caso, el beneficio del trabajo como autónomo se calcula usando unos parámetros (o módulos) fijados por Hacienda, que cambian según la profesión. Es decir, que según el tinglado que montes para trabajar como autónomo (trabajadores, vehículos, metros de local, consumo de energía eléctrica…), Hacienda ya hace sus cálculos y te dice de entrada cuánto porcentaje de IRPF tienes que pagar.
Por cada factura que emiten, los autónomos ganan dinero. Si tenemos claro que cada factura incluye una base imponible (el precio real del trabajo del autónomo) y unos impuestos (generalmente IVA e IRPF), los autónomos pueden pagar el IRPF por esa ganancia directamente al emitir la factura. Ahora bien, esto solo ocurre con facturas que se pasan a otros autónomos o a empresas, nunca a particulares ni a empresas extranjeras (que no tengan domicilio fiscal en España).
¿Por qué? El tema está en que el autónomo que crea y envía una factura que incluye un porcentaje de IRPF a su cliente (otro autónomo o una empresa). Entonces, ese cliente tiene que ingresar a Hacienda el IRPF de parte del autónomo.
Por ejemplo, Rosaura es arquitecta técnica y de vez en cuando colabora con un estudio de su ciudad. Hace poco le pidieron que hiciera unos cálculos para un proyecto, porque no daban abasto. Por ese trabajo, Rosaura quiere cobrar 400€ por su trabajo (pero recordemos que luego un 15% de esos ingresos se van en IRPF). En la factura, la base imponible son 400€ y luego está el 21% de IVA (84€) y el 15% de IRPF (60€). Rosaura le pasa a su cliente (el estudio de arquitectura) una factura de 484€ pero cobrarará 424€ (los 400€ de base imponible, más los 84€ de IVA, menos los 60€ de IRPF). Los 84€ de IVA los guardará para ingresarlos a Hacienda en su declaración trimestral (a través del modelo 303). Los 60€ de IRPF, Rosaura ni los ve. ¿Por qué? Pues porque su cliente los ingresa directamente a Hacienda por ella (a través del modelo 111). Así pues, al final, Rosaura se mete en el bolsillo 340€ y ya ha pagado una parte de su IRPF anual.
En general, el IRPF que se incluye en las facturas de autónomos es del 15%. Sin embargo, durante los primeros tres años, los nuevos autónomos pueden elegir si el porcentaje de IRPF que incluyen en sus facturas es del 7% o del 15%. Los asesores fiscales de TaxScouts aconsejan aplicar siempre el 15%, porque el IRPF se paga tarde o temprano. Así, si pagas más IRPF de lo que te toca a través de tus facturas, quizá al hacer la declaración de la renta te llevas una alegría porque Hacienda te devuelve dinero… O porque el palo que te toca pagar no es tan gordo.
Además de quedarte con esto, si no te enteras muy bien del tema de las facturas de autónomos, puedes leer nuestra guía sobre cómo hacer facturas.
Y un consejo: como en este caso tus clientes son los que ingresan a Hacienda esos impuestos (IRPF) de tu parte, al terminar el año deberías pedirles un certificado de lo que han pagado por ti. Así te aseguras que declararéis lo mismo y no tendréis ningún lío con la agencia Tributaria.Igualmente, todos los autónomos deben tener un libro de registro de ingresos y gastos. Por eso, si pagas facturas con IVA e IRPF y te toca ingresar el IRPF de parte de alguien a Hacienda, quédate siempre con una copia.
Como ya te hemos contado al principio, el IRPF de autónomos se paga a la Agencia Tributaria cada trimestre y luego, durante la declaración de la renta, se paga un poquito más o se cobra de Hacienda para ajustar las cuentas.
Si quieres enterarte bien de lo que te contaremos ahora, porque puede que hagamos referencia a algunos tipos de autónomos que no conoces, échale un vistazo a nuestra guía de tipos de autónomos. Dicho esto, ¡vamos allá!
Los autónomos societarios y colaboradores, en principio, cobran por nómina, por lo que pagan su IRPF como parte de su salario (como todo trabajador por cuenta ajena). En la declaración de la renta, también les puede salir a pagar o a devolver, según sus ganancias o pérdidas por otros medios (ventas de propiedades, acciones, herencias y demás).
Hay algunos casos en los que los autónomos societarios pasan facturas a la empresa para la que trabajan. En este caso, esa factura incluye un porcentaje de IRPF que, también al final de cada trimestre, la empresa donde trabajan ingresa a Hacienda de su parte, como ya te hemos contado.
Los autónomos TRADE, empresariales o profesionales que facturan a empresas españolas o a otros autónomos (recuerda, nunca a particulares), incluyen el IRPF en sus facturas.
Los que están en el epígrafe empresarial y los que han facturado menos de un 70% sin IRPF tienen que presentar el modelo 130 e ingresar un 20% de sus ganancias a Hacienda. Solamente se libran de presentar trimestralmente el modelo 130 de IRPF los autónomos que en más de un 70% de su facturación (¡que no de sus facturas!) hayan incluido IRPF. Esto es así porque se supone que, entonces, sus clientes ya han pagado bastante IRPF por ellos a través de sus facturas.
Por ejemplo, después de descontar los gastos, Patxi se da cuenta de que ha ganado 4.000€ en un trimestre. De esos 4.000€, tendría que ingresar un 20% a Hacienda a través del modelo 130 (eso son 800€). Peeero durante el trimestre, Patxi ha pasado facturas a algunos de sus clientes (a otros autónomos o a empresas con domicilio fiscal en España) que incluían un total de 430€ en IRPF. En lugar de ingresar 800€ a Hacienda, Patxi solo tiene que ingresar 370€ (la diferencia).
Los autónomos que alquilan un local donde trabajan, tienen que pagar IRPF a Hacienda de parte de su propietario. No es que el autónomo esté ahí pagando los impuestos de otros, es que el propietario del local también incluye el IRPF en la factura.
Básicamente, lo que el autónomo paga por el local es un ingreso para el propietario (y a estas alturas ya deberíamos tener claro que el IRPF es un impuesto sobre lo que se gana). El propietario lo que hace es descontar a su ingreso (el precio del alquiler) el gasto que pueda tener (reparaciones, tasa de basuras, etc.). Esa sería la ganancia. Entonces, en la declaración de la renta, al contar sus ganancias y lo que debe pagar por ellas, una parte ya está pagada. ¿Por qué? Pues porque cada trimestre, el inquilino de su local ha ingresado a Hacienda un dinero de su parte como IRPF.
Y esto es todo lo que necesitas saber sobre el IRPF de autónomos. ¡Y ojalá los trámites e impuestos de autónomo terminaran aquí! Como sabemos que hacerse autónomo no es fácil, queremos hacer que tu vida sea un poquiiito más sencilla sin que te cueste un riñón: somos una gestoría online para autónomos barata (ni papeleo extra ni cargos ocultos). Por un precio fijo al mes, nuestros asesores fiscales para autónomos se encargarán de todo tu papeleo para que te olvides de lo aburrido y te centres en lo que te importa, tu negocio. Además, si no te funciona, no tenemos permanencia, por lo que puedes darte de baja cuando quieras y sin complicaciones.
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