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Conceptos básicos para la declaración de la renta

  • Léelo en 9 min
  • Guía actualizada el 15/07/2024

¡Por fin! ¡La piedra Rosetta de la declaración de la renta! Sabemos que entender los términos y palabrejas de la declaración para Hacienda puede ser como un jeroglífico. Por eso hemos creado un pequeño diccionario con la ayuda de nuestros asesores fiscales de la renta: el dicciorrenta. O el rentanario. O a saber. Quédate con lo que sí sabemos: que te va a resultar muy pero que muuuy útil para tu declaración de la renta.

Antes que nada, superrápido. El IRPF es un impuesto que se aplica sobre los ingresos y rentas (ganancias) que has obtenido durante el año. Pero todo el mundo se refiere al proceso de declararlo como la declaración de la renta. Aquí tienes una guía donde te explicamos qué es la declaración de la renta, cuándo es la declaración de la renta y para qué sirve la declaración de la renta.

Seguimos con nuestro dicciorrenta (nos ha gustado el nombre). Las palabras y conceptos más importantes que verás y que tienes que tener dominados son:

Renta

Tan básico como importante, sale hasta en el nombre (declaración de la renta, ahá). ¿Y a qué nos referimos cuando hablamos de renta? Pues, básicamente, la renta son los rendimientos, ganancias y pérdidas patrimoniales que has obtenido durante el año. En otras palabras, la riqueza que has ganado (ya sea tu salario, tu actividad como autónomo, la venta de una vivienda y tal). La pasta, my friend, la pasta.

Base imponible

En la declaración de la renta, cuando Hacienda habla de la base imponible, se refiere a las rentas (ganancias) que están sujetas al IRPF. Por lo tanto, la base imponible es la cantidad de dinero que has ganado en un año fiscal. Y por esa cantidad tienes que pagar impuestos a Hacienda. ¡Atención! Hay rentas que tributan (es decir, ganancias por las que tienes que pagar impuestos) y otras que no, como por ejemplo ayudas, becas y así. Si quieres saber más sobre la base imponible te lo explicamos aquí. O bien, puedes contactar con nuestra gestoría de la renta online para este tipo de consultas y trámites.

A raíz de este término nacen los dos siguientes (base imponible general y base imponible del ahorro). Estos dos conceptos se diferencian por la forma en la que se han obtenido las ganancias.

Base imponible general

La base imponible general es el conjunto de rentas que han sido obtenidas por rendimientos. ¿Qué se consideran rendimientos? Pues tu sueldo, lo que cobras como autónomo, lo que cobras cada mes si tienes alquilada una vivienda, los (dividendos) beneficios de unas acciones, etc. La base imponible general incluye también a las ganancias de otras situaciones, como por ejemplo ganar un premio. En la declaración de la renta, la base imponible general es la suma de tooodas las ganancias obtenidas por rendimientos. Ya sea por tu trabajo por cuenta propia, trabajo por cuenta ajena, acciones, viviendas alquiladas (si eres propietario), premios…
En resumen, incluye todo aquello que dé una ganancia y que no sea una compraventa. Ahora veremos por qué.

Base imponible del ahorro

Si hemos hecho distinción entre rendimiento y compraventa, podrás imaginarte qué implica la base imponible del ahorro cuando hagas tu declaración de la renta. Pues claro, la base imponible del ahorro incluye las ganancias (y pérdidas) que vienen de la venta de patrimonio. Aquí estamos hablando de lo que ganas por la venta de una casa, de un local, de unas acciones o de alguna propiedad que tengas, ya sea un bien mueble o inmueble. 

Así pues, la base imponible del ahorro es la suma de todas las ganancias obtenidas por la venta de patrimonio. ¡Ojo! Podría ser que esta cifra fuera negativa si has vendido unas acciones más baratas que las compraste, por ejemplo.

Tramos de ganancias patrimoniales actualizado en 2024

Reducciones fiscales

¡Seguimos! En tu declaración de la renta, se pueden restar ciertas cantidades al resultado de la suma de estas dos bases imponibles. Al restar cantidades al total de tu base imponible (el dinero por el cual pagarás IRPF) será menor y, por tanto, pagarás menos a Hacienda en la declaración a Hacienda online. Estas son las llamadas reducciones fiscales, y quizá la más común sea la reducción por tributación conjunta (declaración conjunta de la renta) o por la inversión en planes de pensiones.

Base liquidable

Como hemos visto, vamos restando cositas a la base imponible y nos quedamos con esto: la base liquidable (general y del ahorro, estatal y autonómica también, claro). En la declaración de la renta, la base liquidable será la cifra final sobre la que se aplica, por fin, el porcentaje correspondiente de IRPF que tendrás que pagar (los famosos tramos). Peeero antes de saber cuál será tu base liquidable, se restan los mínimos personales y familiares. ¿Qué son? Pues unas cantidades que Hacienda (muy generosamente) te permite restar a la cifra sobre la que pagarás impuestos porque se considera el mínimo de dinero que necesitas para cubrir tus necesidades básicas personales.

En la renta, el mínimo personal que Hacienda descuenta a quienes hacen la declaración de la renta es de 5.550€. Y si tienes más de 65 años, serán 6.700€. Y con más de 75 años, 8.100€. Además, por tener un hijo o hija a cargo son 2.400€ lo que se resta a tu renta, porque se considera el mínimo necesario para hacerte cargo de él o ella.
En esta página de Hacienda están todas las cantidades que tienes derecho a restarte según tu situación antes de conocer tu base liquidable.

¿Más o menos todo bien hasta aquí? Algo importante que tienes que saber es que existen mínimos personales y familiares estatales y autonómicos. Normalmente, las cantidades que puedes restar son las mismas (lo divides entre las bases liquidables y listo), pero a veces las autonomías varían las condiciones. ¡Te animamos a comprobar si tu autonomía tiene mínimos propios!

Es perfectamente probable que todo esto te esté resultando un verdadero tostón. No te culpamos. La declaración de la renta es un rollo, y precisamente por eso existimos nosotros (gracias Hacienda por tanto, perdón por tan poco). Si no tienes claro qué retenciones puedes aplicarte o te lías con los mínimos personales y familiares de tu autonomía, mira, que por 69,90€ te lo hacemos todo nosotros. Tenemos asesores fiscales online para particulares que te hacen la declaración de la renta por internet. Y así tú puedes seguir con lo tuyo sin leer más esta guía.

Cuota íntegra

Mmmm, así que sigues por aquí, ¿eh? ¿Ya has hecho los cálculos? Eres perseverante, eso está bien. Pues que sepas que ya tienes la base liquidable estatal (general y del ahorro) y la base liquidable autonómica (general y del ahorro también). Sobre las bases generales de ambas se aplica la famosa tabla de retenciones del IRPF (para las del ahorro se aplica otra tabla), a la que en lenguaje técnico se le llama el tipo de gravamen. Una vez, hecho este cálculo, ¡tachán! Ya sabes lo que tienes que pagar a Hacienda en tu declaración de la renta. Esto es la cuota íntegra. Atención, porque también puede haber diferencias entre comunidades autónomas en los porcentajes de los gravámenes de IRPF. Tendrás que comprobar también si los tramos de IRPF son iguales a los estatales en tu autonomía. Si no, el resultado al aplicar los porcentajes será diferente, claro.
Es todo un poco lioso, por eso a veces nos preguntamos si nos lo puede poner más fácil Hacienda para convencerte de que cuentes con nuestra asesoría para la declaración de la renta online.

El cálculo para conocer tu cuota íntegra estatal y tu cuota íntegra autonómica es este:
Multiplicas la base liquidable que sea (estatal general, autonómica general, estatal del ahorro o autonómica del ahorro) por el porcentaje de gravamen y según los tramos estatales o de tu comunidad autónoma. Luego, sumas los resultados estatales y los resultados autonómicos y obtienes la cuota íntegra estatal y la cuota íntegra autonómica.

Cuota líquida

Veeenga, tienes la cuota íntegra estatal y autonómica. ¿Qué más falta? ¡La deducciones! Revísatelas porque, otra vez, hay deducciones estatales y deducciones autonómicas. Estas deducciones son descuentos que se aplican a la cuota íntegra. Al haber restado todos estos descuentos (deducciones) a tus cuotas íntegras estatal y autonómica, obtienes la cuota líquida estatal y autonómica

Echa un ojo a estas guías, a ver qué te puedes ahorrar en la declaración de la renta con las deducciones autónomicas:

Cuota resultante

Nos alegra mucho explicarte que la cuota resultante es simplemente la suma de las cuotas líquidas (la estatal y la autonómica). Es decir, la cantidad total final que has de pagar a Hacienda. Limpia, tal cual. Esta es la cifra que tendrás que comparar en tu declaración de la renta con lo que se te ha ido reteniendo durante el año en la nómina, como te contamos en este artículo sobre la retención de IRPF en la nómina. O, si eres autónomo, lo tendrás que comparar con lo que has pagado cada trimestre, como te contamos en este otro artículo sobre IRPF de autónomos para dummies.
Básicamente, la cuota resultante es tu resultado de la renta. Es la cifra que te indica si tu renta es en positivo o en negativo y si debes pagar dinero a Hacienda o si, en cambio, Hacienda te va a pagar dinero a ti. Si te lías con lo de la renta a pagar y la renta a devolver, también tenemos un artículo en el blog para aclarártelo: ¿Qué son la renta a pagar y la renta a devolver?

🌟Un resumen rapidito (y muy en general)🌟

  • Todo empieza con la base imponible total, que es la suma de la base imponible general (el dinero que ganas con el trabajo, premios, alquileres y tal) y la base imponible del ahorro (el dinero que has ganado o has perdido en alguna compraventa).
  • A la base imponible total, se le restan las reducciones estatales. Las más comunes son la reducción por planes de pensiones y la de presentar la renta conjunta.
  • Nosotros no pagamos impuestos al Estado solamente. También pagamos impuestos a nuestra comunidad autónoma. Por lo tanto, el resultado de esa resta se divide en cuatro:
    • Base imponible general estatal
    • Base imponible del ahorro estatal
    • Base imponible general autonómica
    • Base imponible del ahorro autonómica
  • A cada una de estas bases imponibles, se les restan los mínimos estatales y autonómicos según corresponda (obviamente, a la base imponible estatal se le restan los mínimos estatales y a la base imponible autonómica se le restan los mínimos autonómicos). Los mínimos estatales son los mismos para todo el mundo, pero los autonómicos dependerán de donde vivas, así que fíjate bien en eso.
  • Después de restar los mínimos a esas bases imponibles, el resultado son las bases liquidables: 
    • Base liquidable general estatal
    • Base liquidable del ahorro estatal
    • Base liquidable general autonómica
    • Base liquidable del ahorro autonómica
  • Entonces, se aplica el porcentaje de IRPF (impuestos) a pagar. Los tramos de IRPF pueden ser diferentes a nivel estatal y a nivel autonómico. Además, los tramos para la base liquidable general y la base liquidable del ahorro también cambian. 
  • Luego de aplicar el porcentaje de IRPF a pagar a cada base liquidable, nos quedamos con dos cuotas íntegras (estatal y autonómica).
  • A las cuotas íntegras estatal y autonómica, se les aplican las deducciones estatales y autonómicas (según tu caso y según tengas derecho a aplicarte unas deducciones u otras).
  • El resultado de las cuotas íntegras menos las deducciones a las que tengas derecho son la cuota liquidable estatal y la cuota liquidable autonómica.
  • Al final, conocemos la cuota resultante. La cuota resultante no es más que la suma de las cuotas liquidables estatal y autonómica. Esta es la cifra más importante porque es el dinero que tendrás que pagar a Hacienda o que Hacienda te devolverá.

¡Y hasta aquí el dicciorenta! Sabemos que te hemos animado ya a contar con nuestra gestoría de la renta online. Pero es que sabemos de primera mano lo difícil (y aburrido) que es entender todos estos conceptos y sobre todo, aprovecharse de todos los beneficios que existen. No molaría nada que, por desconocimiento, acabaras pagando más de lo que deberías. Por eso queremos insistir en que dejes que nuestros gestores de la declaración de la renta se encarguen de todo. Porque podrás tener asignado un asesor fiscal que te lleve la declaración de la renta y te quite de estos trámites taaan cansinos. Y sólo por 69,90€ (menos que unas zapatillas guays nuevas).

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